martes, 12 de agosto de 2014

Perdón

Nicole llevaba cinco minutos delante de la puerta. Estaba empapada de pies a cabeza, pero ella eso no lo notaba, le daba igual. Miró el timbre y suspiró.

- Sé valiente -  dijo y acarició el timbre, suficiente para ser escuchada dentro de la casa.

No tuvo que esperar mucho tiempo. Danny abrió rápidamente la puerta y se encontró con una Nicole arrepentida, implorando ser perdonada, pero no haría nada hasta escucharlo de sus labios.

- Estás empapada - dijo Danny dejándola pasar.
- Qué agudo, Danny - notó que él se tensaba - Perdona, he venido aquí a pedirte perdón, no a meterme contigo.

Nicole se quedó quieta en el recibidor, esperando que Danny cerrara la puerta y se pusiera a su altura. Cuando lo hizo, le miró a los ojos y esbozó una tímida sonrisa.

- ¿Puedo ducharme? - Danny asintió y ella subió lentamente las escaleras.

Una vez llegó al baño, cerró la puerta y se miró al espejo. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que se le transparentaba todo el sujetador. Se quitó la camiseta y la apoyó en el lavabo, para no mojar nada más. Hizo lo mismo con el resto de ropa y se metió en la ducha, abriendo el grifo y dejando resbalar el agua caliente por su cuerpo. Cerró los ojos y se relajó. Intentó no pensar en nada, pero le era imposible. Se había portado fatal con su amigo, le había llamado cosas horribles. Y por eso estaba ahí, quería disculparse. Y no se iría hasta que Danny le perdonase.

Cuando acabó, se enrolló una toalla y se dirigió al cuarto de Danny, sabiendo que habría dejado algo de ropa en su cama para ella. Cogió los pantalones cortos que había y se los puso. Después se deshizo el nudo de la toalla y la dejó caer. Agarró la camiseta y mientras se la ponía aspiró el aroma de Danny, perdiéndose por un momento en lo que él le había dicho horas antes. Caminó descalza hasta el espejo de cuerpo entero que tenía Danny en el cuarto y se miró. Parecía que hubiera pasado la noche con él. Se sonrojó al pensar en eso. Mientras se miraba, vio a Danny observándola desde la puerta con los brazos cruzados.

- He pedido pizzas - dijo él sin acabar de entrar.

Nicole asintió pero no hizo nada más. Danny salió de la habitación y esperó en el salón a que ella estuviera lista y bajara. Nicole se miró una vez más en el espejo, pensando en lo que le diría a Danny minutos después. Tenía que ser valiente y, sobretodo, sincera.

Bajó las escaleras aún descalza y se paró en mitad del salón. Danny se había sentado en uno de los sofás. Estaba apoyado en el respaldo, con una cerveza en la mano y el mando de la televisión en la otra.

- Danny - Nicole llamó su atención.

Se acercó al sofá y se sentó a su lado, dejando un espacio en medio.

- Siento todo lo que te dije - miraba sus manos mientras se disculpaba, se sentía avergonzada.
- No lo sientas, porque sigues pensando lo mismo - al oír eso, Nicole levantó su mirada chocando con la de Danny.

Nicole no sabía qué decir. Volvió a mirarse las manos, le temblaban. En cambio, Danny estaba sereno. De vez en cuando bebía de su cerveza y miraba de reojo a Nicole, esperando que hablara o hiciera algo.

- Danny, todo lo que te dije es verdad - por fin se atrevió a mirarle. - Eres un mujeriego, no puedes negármelo. Tratas a las mujeres como si fueran objetos. Te las tiras y luego las echas de tu cama como si apestaran.
- Nicole... - dijo Danny, dejando la cerveza en la mesita e intentando cogerle una mano.
- No, Danny. Todo el mundo lo sabe - hizo una pequeña pausa, conteniendo las ganas de llorar. - Para ti sería una más, un juguete de usar y tirar. No sé por qué conmigo iba a ser diferente
- ¡Porque yo te quiero, joder! - con el grito de Danny, Nicole pegó un brinco.

Después de esa extraña declaración ninguno de los dos dijo nada. El ambiente era muy tenso. Danny la miraba, intentando descifrar lo que pasaba por su mente. Y Nicole estaba confusa.  Era la primera vez que Danny le decía que la quería. No sabía si creerle o no. Pero había sonado tan sincero. Miró a Danny, intentando buscar alguna trampa en lo que había dicho. Sus ojos parecían sinceros, incluso podía decir que esa mirada era de enamorado. Pero tenía que estar equivocada. Él nunca se había enamorado de nadie, ¿por qué justo de ella? Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Nicole al ver a Danny inquieto, parecía un niño pequeño. Se rascaba la cabeza, se mordía las uñas, cogía y volvía a dejar la cerveza... No podía estarse quieto. Era la primera vez que Nicole veía tan nervioso a su amigo. ¿Sería verdad que la quería?

- Di algo - le suplicó Danny.
- Bésame - dijo Nicole.


Danny se quedó parado, casi ni respiraba. Clavó su mirada en la de Nicole. Esos ojos color café que desde hacía varios meses no le dejaban ni dormir tranquilo. Quizá todo lo que estaba pasando en aquel salón era una locura, pero había algo de lo que estaba completamente seguro, su amiga tenía los ojos más bonitos que había visto en toda su vida. Y ahora brillaban como nunca lo habían hecho.

Después bajó su mirada buscando sus labios, llevaba demasiado tiempo deseando probarlos. ¿Sería capaz de romper la amistad que Nicole y él tenían desde hacía años? Quizá quererla era un error, pero tenía que arriesgarse. Debía hacerlo, su corazón se lo estaba pidiendo a gritos.

Nicole empezaba a impacientarse. Veía a Danny mirarla muy atentamente pero parecía no estar seguro de hacer lo que ella le había pedido. Comenzó a darse cuenta de que todo aquello había sido un error. Tras un largo suspiro de decepción, miró por última vez a Danny y se levantó del sofá. Él la siguió con la mirada hasta que desapareció del salón. Tardó en reaccionar, pero cuando se dio cuenta de que podía perderla para siempre, se levantó de un salto y corrió hasta el recibidor, donde encontró a Nicole buscando un paraguas en el armario que había junto a la puerta. El corazón de Danny se paró cuando la vio agarrar el picaporte. Dio un paso hacia ella y la agarró de la cintura, pegando su cuerpo al de Nicole.

- Quédate - le dijo mientras besaba una y otra vez su nuca. - Lo siento. Soy un estúpido.
- Da igual Danny. Déjalo, luego te arrepentirás y será peor - Nicole se dio la vuelta para enfrentarse a sus ojos. - Será mejor que me vaya.
- No quiero que te vayas - rodeó su cintura con sus brazos y la atrajo hacia él. - Te quiero. Deja que te lo demuestre.
- No quiero ser una más - apartó la mirada e intentó agarrar el pomo de la puerta para irse, pero con Danny haciendo presión era muy complicado.
- Dame una oportunidad. Cena conmigo esta noche - vio que los ojos de Nicole brillaron por un segundo y eso le dio esperanzas. - Si después de esta noche prefieres irte con el cachas de tu vecino, lo entenderé. Bueno no, pero te dejaré ir.
- Eres un payaso - dijo Nicole sonriendo.
- ¿Eso es un sí? - preguntó Danny sin dejar de soltarla. Ella asintió. - Ven en un par de horas.

Danny se acercó para darle un beso en los labios, pero cuando estaba casi rozándolos, se desvió y besó su mejilla, no quería empeorar las cosas. Conocía a su amiga perfectamente y ese tipo de detalles no le gustaban. Primero tendría que comprobar si era verdad lo que decía Danny. Y si no mentía, estaría encantada de besarle hasta perder el sentido, pero hasta entonces nada.

Nicole se despidió de su amigo con una sonrisa y fue caminando hasta su casa. Había dejado de llover y andar era lo que necesitaba. Pasaban los coches a su lado, mojándola de pies a cabeza pero a ella le daba igual porque estaba feliz. Por un lado Danny ya no estaba enfadado con ella y, por otro, esa noche por fin tendría una cita con él.

Cuando llegó a casa fue directa al baño para prepararse. Quería estar perfecta para la cena. Se depiló, se tiñó el pelo y se volvió a duchar. Aunque tardó demasiado en elegir la ropa, acabó poniéndose algo informal pero especial: vestido, medias y botas. Sencilla pero guapa. Se maquilló y se hizo una trenza. Ya estaba lista para ir a la casa de su amigo. Miró por la ventana y sonrió al ver que no estaba lloviendo. Cogió un bolso y las llaves. Y justo cuando cerraba la puerta tras de sí, recibió un mensaje de Danny.

"No hace falta que te arregles mucho, me gustas más cuando no llevas ropa. Pon un petardo en tu culo y ven ya que la comida se enfría y yo me aburro. Creo que se me olvida decirte algo..."

Nicole se empezó a reír de su amigo sin importarle que la gente que pasaba a su lado en ese momento se apartase de ella. Ese tipo de cosas hacían que se enamorase más de él. No podía enfadarse con ese tipo de comentarios. Así era Danny y por eso lo quería tanto.

Justo cuando estaba subiendo las escaleras de la casa, recibió otro mensaje.

"Ya me acuerdo. Coge las llaves del culo de Harry y entra sin llamar. Estoy desnudo en la cama esperándote con una rosa en la boca. No bajo que se me congela el pajarito. ¡Date prisa tardona!"

Guardó el móvil y se agachó para coger el enano de jardín al que habían bautizado como Harry y cogió las llaves. Entró sigilosamente y vio que todo estaba a oscuras. Encendió la luz del recibidor y vio a Bruce y a Ralphie tumbados al lado de las escaleras. Se acercó a ellos para saludarles y vio que cada uno llevaba un papel enganchado a su collar. Cogió el que tenía Bruce y leyó:

"Sube a mi cuarto"

- Al final será verdad que está desnudo en su cama - dijo entre risas mientras acariciaba a los perros.

Agarró el collar de Ralphie y leyó el segundo papel:

"Te quiero"

En ese momento hasta los perros suspiraron. Nicole se guardó la nota en su bolso y empezó a subir las escaleras, temerosa de encontrarse a su amigo desnudo con una rosa en la boca. Cuando llegó al piso de arriba vio que allí también estaba todo a oscuras, menos una ligera luz que venía de la habitación de Danny. Deslizó los pies hasta la puerta y tras respirar un par de veces, entró en su cuarto.


Nicole tuvo que agarrarse a la puerta cuando vio lo que había al otro lado. Danny, con su guitarra, sentado encima de la cama. A la izquierda, un camping improvisado, con mantas y cuerdas formando una especie de tienda de campaña. Dentro había varios cojines y al fondo una bandeja con comida. Había hojas y pétalos de flores esparcidos por todo el suelo. Parecía como si hubiese traído el bosque para ella. Danny carraspeó y con una mano le hizo señas a Nicole para que no se quedara en la puerta.

- Sé que hace mucho que no vas al campo - dijo Danny mientras ella se acomodaba en la cama.
- Vaya, gracias - los dos sonrieron. - ¿Me vas a tocar alguna canción?
- En realidad no - dijo Danny y ella comenzó a hacer pucheros. - Tardabas tanto que algo tenía que hacer mientras.

Nicole le pegó en el brazo y luego se levantaron para meterse en la improvisada tienda de campaña. Se pusieron a cuatro patas para entrar mejor y no destrozar lo que Danny había preparado.

- Tienes un culo muy bonito - le dijo a Nicole mientras ella terminaba de entrar.
- ¡Danny! - gritó Nicole intentando tapárselo. Pero no pudo evitar soltar una carcajada. - Eres un pervertido y un guarro.
- Ya, pero a ti te encanta que te diga estas cosas - Danny le sonrió enseñando todos sus dientes.

Se acomodaron dentro de la tienda y empezaron a cenar lo que él había preparado. Quizá no fuera la cena más romántica de la historia, pero para ella era perfecta. Estuvieron hablando más de dos horas, riendo y recordando viejas historias. Él hacía el payaso y ella cada vez estaba más segura de querer tirarse a su cuello y besarle hasta quedarse sin aliento.

Nicole se estaba quedando dormida. Había sido un día muy largo y cada vez le costaba más mantener los ojos abiertos. Así que Danny decidió dar el siguiente paso de su plan. Salió un momento de la tienda, encendió la minicadena poniendo una lista de reproducción perfecta para el momento y después volvió con una botella de vino.

- Marvin Gaye, ¿eh? - dijo Nicole mientras se acercaba a Danny para quitarle una de las copas.
- Ah, babe, let's get it on. Let's love, baby - cantó Danny en su oído.

Danny puso vino en las dos copas y brindaron mirándose fijamente a los ojos. Él dio un sorbo y vio cómo Nicole se la bebía de un trago, dejando la copa sobre la bandeja y haciendo lo mismo con la de Danny. En ese momento los dos tenían claro que aunque fuese una locura, tenían que intentarlo. Danny no solo deseaba a Nicole, estaba seguro de que la quería y quería demostrárselo no solo con palabras.

Como si estuviesen sincronizados, se fueron acercando poco a poco el uno al otro hasta rozar sus labios. Danny le acarició la mejilla con delicadeza e infinito cariño y por fin hizo presión sobre los labios de Nicole. Ella movió sus brazos hasta ponerlos alrededor del cuello de Danny mientras continuaban besándose. Era un beso con el que lentamente iban encendiendo sus llamas. Ni siquiera les era necesario escuchar las canciones de Marvin Gaye, habían esperado tanto tiempo a estar así que no necesitaban ayuda externa.

Danny no pudo aguantar más y comenzó a pasear sus manos por todo el cuerpo de Nicole, deslizando sus dedos con absoluta suavidad. Poco a poco la fue empujando hasta tumbarla sobre los cojines. La miró por un momento y después volvió a sus labios, tirando de ellos y consiguiendo que salieran pequeños suspiros por su pequeña boca. Sentir el cuerpo de Nicole bajo el suyo era lo único que necesitaba en aquel momento. Deslizó una mano hasta el final del vestido y comenzó a subirlo lentamente, acariciando la piel desnuda a su paso, arrancándole gemidos cada vez más audibles. Nicole arqueó la espalda y segundos después se quedó con tan solo el sujetador. Danny recorrió con su lengua cada poro de su piel, besando su cuello, su tripa, su vientre y sin detenerse, agarró las medias y fue tirando de ellas hasta dejar a Nicole en ropa interior. Ella intentó darse la vuelta pero lo que consiguió fue que la tienda cayera sobre ellos.

- Pecoso, la próxima vez hazla más alta - dijo Nicole entre risas mientras salía de la tienda y se sentaba en la cama.

Danny se acercó a ella y se puso entre sus piernas, sin parar de acariciarlas. Nicole metió las manos dentro de su camiseta, acariciando el cuerpo de Danny, hasta que él se la quitó y la dejó caer a su lado. Se deshizo también de su pantalón y después tumbó a Nicole en la cama, poniéndose él encima y volviendo a besar sus labios. Danny comenzó con un pequeño vaivén de su cadera, excitando muchísimo a Nicole con sus movimientos. La ropa que les quedaba no tardó en desaparecer de sus cuerpos. Danny separó un poco los muslos de Nicole y se acercó a ella todo lo que pudo. Agarró su cadera y mientras volvían a unir sus labios, comenzó a penetrarla, poco a poco, sin prisas, como si de aquella manera le estuviera entregando su corazón. Nicole cerró los ojos y se dejó llevar. Enroscó sus piernas alrededor de Danny y las apretó, sintiéndole así más cerca. Él lamía y mordía su cuello, jugueteaba con el lóbulo de su oreja y ella gritaba, gemía y arañaba su espalda. Las manos de Danny recorrían todo su cuerpo, estimulando cada rincón de su sudorosa piel.

Mientras, las canciones que Danny había preparado, se repetían una y otra vez.

- Nothin' wrong with love. If you want to love me, just let yourself go - cantaba Danny en su oído acompasándolo con los movimientos de su cadera. - Oh, baby. Let's get it on.

Danny agarró las manos de Nicole y las puso sobre la almohada. Se miraron durante un instante. Pero esta vez esa mirada era diferente. Habían roto esa barrera que tanto les asustaba a los dos y ninguno se arrepentía. Danny comenzó a aumentar el ritmo, sabiendo que ese preciado momento no tardaría en llegar. Nicole llevó sus manos hasta la espalda de Danny y lo atrajo hacia ella. Danny levantó un poco la cabeza y dirigió su mirada a la de Nicole, necesitaba verla cuando se corriera. Segundos después, como si se hubiesen puesto de acuerdo, llegaron juntos al orgasmo. Él dejó caer su cuerpo sobre el de ella, pero luego se apartó para poder volver a respirar con normalidad.

Nicole se incorporó y miró a Danny. Se inclinó para darle un beso y después se recostó sobre su pecho. Estuvieron un rato en silencio, pero Nicole no tardó en romperlo.

- Cántame algo - Danny la miró y fue a reírse pero vio que hablaba en serio.
- No pienso tocar la guitarra cada vez que follemos - se levantó y segundos después se sentó en la cama con la guitarra. - ¿Alguna canción en especial?
- No sé. Tú eres el profesional. Alguna que te inspire este momento - dijo Nicole mientras se tumbada al lado de Danny.


Estuvo pensando durante unos segundos qué canción sería la perfecta para recordar siempre ese momento. Pero en seguida tuvo la adecuada. Colocó bien su guitarra, miró un instante a Nicole y comenzó a cantar.

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